“No nos olviden”, “El tiempo pasa y no pasa nada”, “Volveremos con ayuda de todos” son tan solo algunos de los letreros y mensajes que se muestran aún en las cientos de viviendas dañadas por el sismo del 19 de septiembre de 2017, donde algunos inmuebles fueron demolidos, otros se mantienen en proceso y cientos más permanecen igual que hace un año.
El polvo que aún se levanta -ya sea por las demoliciones o por la fricción de muros dañados- se combina con el silencio de espacios que a simple vista parecieran abandonados aunque a los costados, en pequeños cuartos acondicionados con lonas, se mantienen las guardias de familias con rostros desencajados que con furia o llanto exigen solución.
Demoliciones parciales y totales, escombros y espacios vacíos se muestran en Benito Juárez, Cuauhtémoc, Tlalpan, Coyoacán e Iztapalapa, con inmuebles emblemáticos como el multifamiliar de Tlalpan, la colonia de Los Girasoles en Coapa donde cayó una plaza comercial, decenas de edificios en avenida Miramontes, así como el símbolo de la tragedia centrada en el colegio Enrique Rébsamen donde 19 niños y siete adultos perdieron la vida.
“El sismo no solo fracturó mi hogar, también fracturó a mi familia; mi mujer vive en un lado, yo vivo en otro, porque no tenemos para pagar una renta”, contó Juan Zaldívar, damnificado de la tercera edad en avenida Miramontes, quien recibe cuatro mil pesos mensuales del Programa de Pago Temporal de Rentas de la Ciudad de México, sin embargo, asegura que los costos en zona oscilan alrededor de ocho mil.
María Justina Acedo, representante del edificio 304 en avenida Miramontes en la colonia Girasoles, permitió a Notimex hacer un recorrido por el inmueble que hasta a la fecha permanece acordonado ante el riesgo de posible colapso, sin embargo, asegura que no ha tenido respuestas claras sobre su futuro.
Si bien Xochimilco había sido una de las zonas menos atendidas en los primeros días, ahora San Gregorio Atlapulco ya muestra la mayor parte de los hogares rehabilitados debido a las donaciones hechas por la Fundación Carlos Slim en conjunto con el Gobierno de la Ciudad de México.
Sin embargo, el panorama no es el mismo en San Luis Tlaxialtemalco en la misma delegación, donde las calles aún se repavimentan por el rompimiento de tuberías y donde de las más de 100 casas afectadas, solo algunas se levantan con los ahorros de los propietarios, según cuenta Cristina Ramírez, quien muestra los escombros de su hogar en la calle de Camelia 34.
En otras zonas de San Luis, la Fundación Techo donó 44 casas de madera que, aunque modestas logran cubrir un poco las inclemencias del clima, según narra, Concepción Cuaxospa de 66 años de edad, quien comparte el espacio con nueve personas más.
“Por lo menos ya no andamos molestando o causando lástimas en otras casas donde nos ponen caras. A veces pienso que ya no tiene caso vivir así. Les suplico que volteen tantito para acá, que nos vengan a ver, ya no queremos estar padeciendo todas estas angustias”, comentó con lágrimas y llanto.