El experto Luis Esteban González Varela dijo que los miomas uterinos constituyen el tipo de tumor benigno ginecológico más frecuente, no obstante, apenas 30 por ciento de las pacientes presenta sintomatología asociada infertilidad, como sangrado anormal, crecimiento de masa (protuberancia) o infertilidad.
El especialista en ginecología y biología de la reproducción, adscrito al Hospital de Ginecoobstetricia IMSS Jalisco, agregó que el mioma se forma a partir de la mutación de células, debido a un factor hormonal.
“Para que la primera célula de un mioma se divida en dos de forma ya mutada y forme un músculo liso anómalo son los estrógenos, pero en general la responsable del crecimiento y mantenimiento de ese mioma es la progesterona”.
Manifestó que hasta en 70 por ciento de los casos se ha encontrado un gen implicado en la formación de fibromas o miomas uterinos que es el MED 12.
Señaló que, dependiendo la localización de los miomas, la fertilidad de la mujer puede verse o no afectada, “sabemos que los miomas subserosos, los que están por fuera de la cavidad endometrial, no impactan sobre la fertilidad en algunos casos”.
Dijo que los tumores intramurales sí afectan la fertilidad y reproducción de la mujer, incrementan en el embarazo el riesgo de abortos y amenazas de parto prematuro al impedir el crecimiento del embrión y del feto por efecto del aumento de masa tumoral.
Mencionó que el tratamiento quirúrgico de la miomatosis uterina se centra en la miomectomía (extirpación de los fibromas uterinos) y en la histerectomía (extirpación del útero total o parcialmente).
“No obstante en aras de conservar la fertilidad y retrasar la necesidad del tratamiento quirúrgico, algunas pacientes son candidatas a manejo farmacológico a través de medicamentos como inhibidores de aromatasa y análogos de GNRH, ambos tienen la finalidad de reducir el tamaño de los miomas”.
Precisó que los segundos están indicados en pacientes que en un mediano plazo serán sometidas a intervención quirúrgica, toda vez que los miomas tienden a volver a crecer en los seis meses posteriores a dejar el tratamiento.
“En la actualidad, se ha incorporado el grupo de medicamentos moduladores de receptores de progesterona como el acetato de ulipristal, el cual mantienen dichos receptores bloqueados, además de disminuir el fibroma”, apuntó.