Dormir lo suficiente, una buena alimentación y estar bien hidratado, son pilares para que los niños en edad escolar puedan tener un mejor aprovechamiento en este regreso a clases.
Un nuevo ciclo escolar representa un compromiso tanto con la educación, como con los buenos hábitos de vida, y una de las mejores herramientas para generar seguridad en los niños es la formación de buenos hábitos, tales como hacer ejercicio, mantener una alimentación equilibrada y beber agua.
El consumo de agua simple potable, es indispensable para que todas las funciones del organismo marchen adecuadamente, ayuda a tener una buena concentración y esto incide en el aprendizaje escolar.
Entre los beneficios escolares que obtiene un niño bien hidratado son: mejora su memoria, rinde mejor en exámenes, mayor concentración, más propensos a ser participativos en la escuela, están alerta en todo momento, mejoran su coordinación, capacidades aritméticas, atención, e incluso su humor.
De acuerdo con Ana María Villarreal, nutrióloga especialista en hidratación de Nestlé México, señaló que los niños pequeños, idealmente, deben tomar 1.5 litros de agua, lo que equivale a 4 o 6 vasos por día.
Estudios han demostrado que, ofrecer agua simple desde el desayuno al menor, antes de ir a la escuela, ayuda a que tengan un mayor rendimiento escolar en materias como las matemáticas.
Es importante considerar que el cuerpo de los niños pierde agua constantemente; cuando van al baño, lloran, sudan e incluso respiran, entre otras, por lo que necesitan estar hidratados para evitar comprometer su capacidad de concentración en la escuela, y su desarrollo cognitivo, agregó la especialista.
Agregó que una hidratación saludable, tiene también efectos positivos sobre el estrés, la depresión y la ansiedad.