
El cardenal Robert Francis Prevost.
Nacido en Chicago, pero con alma profundamente latinoamericana, este agustino de 69 años ha emergido como uno de los nombres clave en el tablero sucesorio del Vaticano.
De hablar pausado, mirada afable y convicciones firmes, es de esos líderes que prefieren construir desde dentro antes que buscar los focos. Unos focos que, sin embargo, ya le han encontrado.