El pasado 24 de julio, Demi Lovato fue ingresada a emergencias por sobredosis de drogas. Después de dos semanas de hospitalización, la cantante se encontraba en rehabilitación para ser desintoxicada.
La noche previa a su sobredosis fue intensa. Pasó de una fiesta de cumpleaños a consumir drogas en su residencia de Hollywood Hills. Su proveedor de sustancias ilícitas de confianza le entregó en su casa «oxicodona en papel aluminio», un analgésico muy potente, así lo reseñó el portal de noticias estadounidense TMZ.
Pero lo que Lovato no sabía, es que su proveedor tenía una reputación por conseguir las drogas «a través de negocios sucios» en México. Según los reportes a TMZ, el lote que le fue vendido a Demi contenía fentalino, un narcótico más potente que la morfina. Sus dosis grandes son letales, y han causdo la muerte accidental de artistas como Prince y Lil Peep.
El comerciate huyó cuando la cantante estaba en cama y le costaba respirar. El día de su hospitalización, fue revivida con naloxona, una tratamiento usado para intoxicaciones agudas.
El pasado viernes, la ex estrella de Camp Rock viajó hasta Chicago con su mamá para continuar su rehabilitación con un especialista reconocido en adicciones.