La expresidenta de la Sociedad Argentina de Reumatología, Alejandra Babini, hizo un llamado al diagnóstico temprano de la artritis reumatoide, enfermedad crónica que con frecuencia es una de las mayores causas de incapacidad laboral.
En su ponencia “Importancia del diagnóstico temprano y acceso oportuno a los tratamientos”, la especialista señaló que las consecuencias de la falta de diagnóstico, además de generar un alto costo para los países, puede llevar al paciente a la muerte temprana.
Y es que un paciente que no se trata, según las estadísticas, muere 10 o 15 años antes por cuestiones cardiovasculares. De ahí que un diagnóstico temprano evita daños irreversibles a la salud de los pacientes.
Los síntomas que deben alertar a las personas son la hinchazón y la rigidez de una articulación de manera persistente durante seis semanas. “Hay un mundo de diferencia si se hace el diagnóstico en los primeros meses que dos años después”, indicó Babini.
Sobre los factores que pueden determinar la presencia de la enfermedad, la experta mencionó que hay genéricos y ambientales, donde influyen el tabaquismo y la alimentación.
Con base en los estudios realizados, con frecuencia hay un desconocimiento absoluto de la existencia de la artritis reumatoide, cuyas principales afectaciones son las manos y los pies, sin embargo, también compromete a otros órganos fuera de las articulaciones como los pulmones.
De acuerdo con Alejandra Babini, a nivel mundial la prevalencia de la enfermedad va del 0. 3 a 1.0 de la población adulta, mientras que en América Latina varía entre el 0.2 por ciento y el 2.8, y puntualmente en México existen prevalencias altas, que van del 1 al 1.4 por ciento.
Como parte del “Seminario sobre la importancia de los medicamentos biológicos y biosimilares en el tratamiento de la Artritis Reumatoide”, refirió que este padecimiento afecta predominantemente a mujeres entre los 40 y los 70 años de edad, aunque también con menos frecuencia hay hombres, mujeres jóvenes y niños que presentan artritis.
“El impacto de la artritis más que inflamación, provoca dolor y rigidez que impide la manipulación para cosas básicas, como comer. Es una enfermedad que limita actividades cotidianas”, expuso.
Mencionó que después de los 10 años de la aparición de esta afección, el 50 por ciento de los pacientes sale de la vida laboral. “Son personas incapaces de sostener una vida laboral y el impacto económico en un país es alto”, subrayó.
Tras comentar que los tratamientos han mejorado en los últimos 20 años con la aparición de medicamentos biológicos y biosimilares, sostuvo que la utilización de éstos necesitan un monitoreo periódico, para adaptar, modificar o cambiar el tratamiento para lograr el objetivo.
“Tomarse un antiinflamatorio no es tratar la enfermedad, porque no ayuda al debacle inmunológico que termina con las articulaciones del paciente, situación que sí lo logran los medicamentos biológicos o biosimilares, que son más complejos y mejoran significativamente la calidad de vida de los pacientes”, puntualizó.