Atender datos de alerta como pérdida de líquido o sangre por la vagina, aumentar más de dos kilos por semana, fiebre o dolor abdominal persistente, resulta fundamental para evitar poner en riesgo la vida de la madre o el feto, afirmó la ginecobstetra Kennya Anilu Olivares Delgado.
La médico residente del Centro de Investigación y Docencia en Ciencias de la Salud (CIDOCS), de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), mencionó que es de suma importancia reconocer cualquiera de estos signos y síntomas para acudir de inmediato con el especialista.
Olivares Delgado consideró que el cuidado prenatal ha impactado favorablemente la salud de mujeres embarazadas y sus infantes, ya que el objetivo es lograr el nacimiento de bebés saludables y con riesgos mínimos para las madres.
Las evaluaciones, añadió, deben ser perfectamente calendarizadas con la idea de identificar a tiempo o prevenir posibles complicaciones, para evitar o reducir la morbilidad.
Mencionó que la recomendación es que se realice una consulta cada cuatro semanas hasta la semana 28, posteriormente, cada dos semanas hasta la semana 36 y, finalmente, cada semana hasta el término del embarazo, siempre y cuando sea normal.
En un comunicado difundido por la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), detalló que en el caso de los embarazos normales suelen practicarse alrededor de cuatro ultrasonidos.
El primero para estimar la edad gestacional y observar posibles malformaciones; el segundo entre las 18-23, un tercero, durante las 28-32 semanas para evaluar el crecimiento fetal y, por último, entre las 32 y 38 semanas para valorar el crecimiento, líquido amniótico, placenta y posición del feto.
No obstante, la especialista señaló que una vez que se tiene certeza del embarazo deben realizarse diversos estudios como biometría hemática o química sanguínea, para valorar el estado materno e identificar alteraciones que pudieran comprometer el embarazo, además de otros estudios complementarios durante las siguientes consultas.