
Vanessa Alcántara, Concesionaria del restaurante El Vagón, ubicado en el municipio de El Oro, denunció públicamente lo que calificó como un acto de abuso de autoridad por parte del gobierno local, luego de que su establecimiento fuera suspendido sin previo aviso tras una inspección realizada por personal de Protección Civil el pasado 10 de junio.De acuerdo con su testimonio, la inspección se realizó por la mañana y, apenas dos horas después, las autoridades municipales colocaron sellos de suspensión, bajo el argumento de que en el lugar se realizaban peleas de gallos, una acusación que la empresaria rechazó categóricamente.“No hubo notificación previa, ni se nos otorgó el plazo de tres días que marca la ley para corregir observaciones”, aseguró.Alcántara, denunció la presencia de elementos de la policía municipal y de la Guardia Nacional durante el operativo, lo cual, consideró excesivo, “nos trataron como delincuentes cuando llevamos más de 20 años operando legalmente, generando empleos y promoviendo el turismo”.El documento con el que se ejecutó la clausura, según la empresaria, no cuenta con firma de la presidenta municipal Juana Elizabeth Peñalosa, quien posteriormente habría declarado desconocer la acción, atribuyéndola a la Dirección de Desarrollo Económico y al área jurídica del Ayuntamiento.La Concesionaria dio a conocer que inicio un proceso legal ante el Tribunal de Justicia Administrativa del Estado de México, argumentando violaciones al debido proceso, inconsistencias en las fechas de notificación y omisión de requisitos legales en la documentación oficial.“El 5 de junio emitieron un documento que me notificaron hasta el 9, ni las fechas coinciden. Esto muestra un desconocimiento total de la ley”, denunció la empresaria, quien también señaló que, de ocurrir alguna agresión en su contra, hacia su familia o empleados, responsabiliza directamente a la alcaldesa y a su círculo cercano.Cabe mencionar que el restaurante El Vagón es considerado uno de los negocios con mayor arraigo en el Pueblo Mágico de El Oro, y sus propietarios aseguran que su actividad ha sido clave para consolidar un corredor turístico en la zona, donde se han instalado cafeterías, tranvías y comercios artesanales alrededor del emblemático establecimiento.