
La conmemoración del 2 de octubre en la capital mexiquense terminó siendo un verdadero acto de vandalismo, dejando en evidencia que quienes participaron parecían más porros que estudiantes.
Durante su recorrido por las principales calles de la zona centro, el grupo provocó daños en comercios, entre ellos Santander y Starbucks, portando martillos, palos y barretas para destrozar puertas, ventanas y mobiliario, sin asumir responsabilidad alguna por los daños causados.
Al intentar llegar a Palacio de Gobierno, los porros fueron interceptados en la esquina de Juárez e Hidalgo por elementos de la Policía Municipal. La confrontación derivó en empujones, jaloneos y el uso de extintores por parte de los inconformes.
Por lo que el gobierno municipal desplegó un operativo especial para resguardar tanto la integridad de la población como el patrimonio público y privado. Los hechos dejaron en claro que detrás de la marcha no había una causa pacífica, sino un grupo que utilizó el pretexto de la conmemoración para cometer actos vandálicos, afectando a comerciantes y transeúntes en pleno centro de Toluca.
Cabe mencionar que en protesta porque los efectivos no les permitieron continuar su recorrido, los manifestantes llegaron incluso a prender fuego a una patrulla de la policía municipal.