En el salón de clases donde estudiaba Jalix en Temoaya su ausencia caló hasta los huesos entre sus compañeros, quiénes volteaban a su banca pero estaba vacía, «se siente raro no verla de nuevo», dice Ale.
La amistad que existía con la adolescente se notó en su funeral, algunos amigos se acercaron a su domicilio para despedirla y caminar junto con la familia en el cortejo fúnebre al camposanto de San Pedro Abajo.
Ella, tenía 17 años de edad, sus conocidos la describen como una persona alegre, atenta, dedicada, estudiaba el cuarto semestre de la preparatoria y le gustaba la música de banda, narran algunos de los asistentes.
«Si se siente raro, no verla de nuevo, su espacio donde ella se sentaba no verla», insiste la alumna que antes del funeral acudió a la escuela, donde todos notaron su ausencia y hablaban del feminicidio de la chica.
Jalix es el caso más reciente de violencia contra una mujer en este municipio que colinda con la capital del Estado de México pero hace casi dos años su sobrina Maicha Pamela también fue asesinada.
Al mediodía el luto se sintió en la localidad cuando la gente observó el paso del cuerpo de la jovencita para darle el último adiós, la flores y música acompañaron el féretro en la caravana rumbo al panteón local.
Este caso a desatado la indignación entre la población, quienes piden justicia para la quinta de siete hijos de los Rubio Telésforo que aún no asimilan el dolor y vacío que dejará Jalix víctima de la violencia que vive la entidad.
El crimen también ha escandalizado a la ciudadanía, la entidad mexiquense es la más peligrosa para las personas del sexo femenino, en los primeros dos meses del año se cometieron 22 casos de feminicidios.