
En Tailandia, frente a jueces, público y directivos de un certamen que por años pidió a sus concursantes sonreír y no decir mucho, la mexicana Fátima Bosch Fernández decidió alzar la voz.
Su coronación como Miss Universo 2025 no solo le dio a México su cuarto título, sino que también abrió una conversación sobre cómo cambia la imagen de una mujer cuando deja de guardar silencio.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, celebró el triunfo con un mensaje que va de la mano con esta transformación cultural:
“Antes nos decían: ‘calladita te ves más bonita’. ¿Cómo que calladita te ves más bonita? Las mujeres nos vemos más bonitas cuando alzamos la voz y participamos”.
Durante la gala final, Bosch renunció a respuestas evasivas o frases de certamen sobre la paz mundial. Decidió colocar la autenticidad como valor político y estético:
“Crean en el poder de su autenticidad… nunca permitan que nadie les haga dudar de su valor, porque su voz merece ser escuchada”.
El conflicto que redefinió su participación
Semanas antes de la coronación, Bosch fue públicamente cuestionada por el director del Miss Grand International, quien la llamó “tonta” por supuestamente no cumplir con actividades promocionales.
Su postura firme —“Estoy aquí representando a un país… No es mi culpa que su organización tenga problemas”— provocó solidaridad entre concursantes y exhibió prácticas de trato hostil hacia las participantes.
El episodio no la debilitó dentro del certamen; al contrario, se transformó en una demostración pública de dignidad frente a dinámicas que históricamente han descalificado o infantilizado a las concursantes.
¿Quiénes son las otras mexicanas que han ganado Miss Universo?
Bosch se suma a las tres mexicanas que antes ganaron el certamen:
Lupita Jones (1991), pionera de la representación mexicana.
Ximena Navarrete (2010), referente de una época aún marcada por una estética hegemónica.
