
La semana anterior se cumplió un año desde el inicio de la guerra en Ucrania, un conflicto bélico que ha centrado la atención y preocupación de los demás países del mundo respecto a las consecuencias que día a día se conocen sobre el conflicto, y la expectativa frente a eventuales acuerdos o acciones que finalmente deriven en el fin de la confrontación que cada vez escala más y genera una incómoda tensión en el resto del orbe.
Si bien de momento se ha dicho por parte de los expertos y analistas internacionales que estamos ante una guerra de desgaste, que será ganada por el que logre resistir más en un contexto en el que la financiación y las reservas son claves, las recientes declaraciones entregadas por el jefe de inteligencia de Ucrania, presentan un nuevo panorama.
Las declaraciones en cuestión fueron conocidas el pasado jueves, 2 de marzo, y fueron emitidas por un alto mando militar en Ucrania, más precisamente el mayor general Kyrylo Budanov, quien actualmente se desempeña como jefe de inteligencia, quien advirtió que se avizora en el futuro próximo una batalla definitiva entre Rusia y Ucrania que seguramente puede definir el futuro del diferendo intencional.
Lo anterior, según Budanov, porque si bien Rusia se ha mostrado internacionalmente fuerte con una invasión y toma de terrenos que se prolonga por más de un año, en la práctica se encuentra reducida y ad portas de comenzar a evidenciar una crisis de capacidades de batalla en tanto sus “herramientas militares”, referidas a municiones y capacidad militar, se han visto mermadas.
