
La Iglesia católica vive esta semana uno de los momentos más trascendentales de su historia reciente: la despedida del papa Francisco y el inicio del proceso que definirá a su sucesor.
Jorge Bergoglio falleció el lunes en el Vaticano, a los 88 años, y con su muerte se activó el protocolo de sede vacante, el período en el que el trono de San Pedro permanece sin ocupante hasta la elección de un nuevo pontífice.
Desde las primeras horas del miércoles, el cuerpo de Francisco es expuesto al público en la basílica de San Pedro. Mientras tanto, la Santa Sede se prepara para recibir este sábado a líderes de todo el mundo, incluyendo a Donald Trump y Javier Milei, en el funeral de Estado del Sumo Pontífice.
Bergoglio será sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor, en la capital italiana, un deseo que él mismo dejó por escrito en su testamento. La tumba, situada en la Capilla Paulina, será sobria, sin adornos ni epitafios, y llevará sólo su nombre en latín: Franciscus.