
Ya se veía venir, pero como siempre las autoridades fingen que no van a ceder ante el gremio transportista y sus ambiciones, los políticos están obligados y amarrados porque reciben favores económicos en campañas de este sector y tienen que corresponder.
La gasolina y el diesel suben cada día, esto merma las ganancias de los dueños de los autobúses, pero afecta principalmente a aquellos que sólo tienen uno o dos camiones, quienes ven como es difícil subsistir entre la competencia y los mayores costos por mantener trabajando las unidades.
A los empresarios que tienen varios camiones sólo los hace más ricos, y lo digo porque conozco a varios que llevan una muy buena vida viviendo del transporte público.
A los ciudadanos no los beneficia en nada, pagan más, 6 pesos al día que al mes suman 200 como mínimo y lo peor, siguen recibiendo un pésimo servicio.
Los choferes siempre andan a la carrera exponiendo la vida de los usuarios, automovilistas, motociclistas y peatones, porque las empresas les exigen cuota que tienen que cubrir; además de gasolina, por eso deben «corretear» la chuleta para que su día sea rentable.
Así las cosas, la historia se repite una y otra vez, a pesar de los dizque esfuerzos del gobierno por contener las alzas del pasaje, sólo es una patraña bien dizfrazada.
No es malo que suban el pasaje, pero los prestadores del servicio deben mejorar con ello las condiciones en las que lo prestan, debe haber sanciones ejenplared para quienes ocasionan daños y muerte, pero Daniel Sibaja, como dicen; si trabaja, pero para su beneficio unicamente.