
El cardenal Felipe Arizmendi Esquivel, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, advirtió que la participación de integrantes de grupos delictivos en ceremonias religiosas no representa un verdadero catolicismo, pues asisten a misas y sacramentos sin abandonar actividades criminales como la extorsión, el secuestro o el asesinato.En entrevista, el cardenal señaló que en distintas regiones, principalmente en el sur del país, es común la presencia de personas armadas en templos católicos, incluso durante celebraciones como bautizos, bodas o XV Años. En algunos casos, relató, los sacerdotes son obligados a trasladarse a lugares específicos para oficiar los sacramentos.Arizmendi Esquivel explicó que, por recomendación de los obispos, los sacerdotes acceden a realizar dichas ceremonias con la instrucción de prolongarlas, de manera que se suplante la catequesis presacramental que quienes solicitan el servicio no recibieron. En ocasiones, añadió, los ministros piden a los asistentes que portan armas dejar su armamento en la sacristía durante la misa, para recuperarlo al finalizar.Monseñor aclaró que los delincuentes pueden portar escapularios, imágenes religiosas o acercarse al sacramento de la confesión, pero esta solo es válida si existe un arrepentimiento real y el firme propósito de abandonar la actividad criminal. “Si solo van a confesarse por cumplir, no es válida”.Asimismo recordó que en una ocasión celebró una primera comunión en la que estuvo presente un líder criminal armado, acompañado por varias camionetas con hombres también armados en la entrada del atrio. Por lo que proveche, dijo, la homilía y la oración de los fieles para hacer referencia al rechazo de la violencia y de las armas, con el fin de invitar a los asistentes a reflexionar sobre sus actos.“Quienes acuden no viven conforme a la fe, y eso no es un verdadero catolicismo”, concluyó Arizmendi Esquivel.