
En el marco del 80 aniversario del bombardeo atómico sobre Hiroshima, el papa León XIV dirigió un mensaje desde la Plaza de San Pedro en el que expresó su deseo de que este trágico recuerdo se mantenga como una advertencia para las generaciones actuales y futuras.
“Que el recuerdo de Hiroshima y Nagasaki sirva de advertencia universal contra la devastación causada por la guerra, y en particular por las armas nucleares”, expresó durante su audiencia general del miércoles.
El líder de la Iglesia Católica recordó también que el contexto mundial se encuentra marcado por “intensas tensiones y sangrientos conflictos”, y por ello, hizo un llamado a repensar los fundamentos de la seguridad global. “La ilusoria seguridad basada en la amenaza de la destrucción mutua dé paso a la práctica del diálogo y a la confianza de la fraternidad”, exhortó.
Además, León XIV dedicó sus oraciones a quienes padecieron los efectos físicos, psicológicos y sociales de los ataques atómicos. En un mensaje enviado un día antes al obispo de Hiroshima, Alexis Mitsuru Shirahama, el papa enfatizó que la “verdadera paz exige el valiente abandono de las armas”, especialmente aquellas que podrían provocar una “catástrofe indescriptible”.