
El escenario del MetLife Stadium en Nueva York se convirtió en el epicentro de una fusión inesperada entre el fútbol y la música. Bajo las luces del cierre del Mundial de Clubes de la FIFA, dos íconos de la industria musical compartieron un momento histórico: Robbie Williams y Laura Pausini
No se trató de un dueto cualquiera, sino del estreno en vivo del primer himno oficial de la FIFA, titulado «Desire», una pieza que promete convertirse en el soundtrack de los próximos torneos del organismo.
Williams, recién nombrado Embajador Oficial de Música de la FIFA, no ocultó su emoción. «La música y el fútbol tienen el poder de unir continentes, de hacer vibrar a millones en un mismo latido», declaró el británico minutos antes de subir al escenario. La elección no es casual: su carrera, marcada por éxitos globales, refleja ese mismo espíritu de conexión masiva que caracteriza al deporte rey.
Detrás del micrófono, la italiana Pausini demostró por qué fue la elegida para acompañar este lanzamiento. Con una adaptación fluida al español de parte de la letra, la cantante logró una simbiosis vocal que arrancó ovaciones. «Crecí viendo cómo el fútbol movilizaba emociones en Italia. Hoy, ser parte de este himno es cerrar un círculo», confesó la artista, cuyo registro emocional complementó a la perfección el tono épico de la composición.
El himno «Desire» se utilizará en los próximos torneos FIFA hasta 2026.
La ceremonia reunió a 82,500 espectadores en el estadio y millones por streaming.
Es la primera vez que la FIFA desarrolla un himno oficial con artistas de talla global.
Testigos presenciales describieron cómo las pantallas gigantes proyectaban imágenes icónicas del fútbol intercaladas con primeros planos de los intérpretes, creando una narrativa visual que elevó la experiencia. La base rítmica de la canción, con claras influencias de los himnos deportivos tradicionales pero con un giro contemporáneo, dejó claro que la FIFA busca modernizar sus ceremonias sin perder su esencia.
Fuentes cercanas a la producción revelaron que el proyecto llevaba 18 meses de gestación, con sesiones de grabación entre Londres y Milán. La apuesta por Williams respondió no solo a su estatus como superstar, sino a su reconocida pasión por el fútbol -es hincha confeso del Port Vale FC-. Para Pausini, en cambio, representó la oportunidad de consolidar su perfil internacional tras ganar el Grammy Latino a Mejor Álbum del Año.
Mientras los últimos acordes resonaban en el estadio, las redes sociales explotaron con fragmentos del performance. Analistas de tendencias detectaron que #DesireFIFA alcanzó el top trending en 12 países, con especial impacto en México, donde la transmisión nocturna registró índices de audiencia inusuales para un evento deportivo internacional. La fusión entre espectáculo y deporte, al parecer, tiene nuevo himno.