
Al inicio de la pandemia de COVID-19, el servicio de las y los estilistas a domicilio fue bueno, remunerado y hasta demandado, sin embargo a estas alturas ya no es nada redituable.
Anteriormente para el cliente era una necesidad que los estilistas acudieron a los domicilios a cortarles el cabello, arreglar las uñas, hacer permanentes, pintar el cabello, entre otros servicios, donde además la persona que lo solicitaba tenía que mantener un ambiente seguro para ambas partes.
Sin embargo con el paso de los meses, muchas personas empezaron a bajar la guardia y ya no mantenían su casa sanitizada para que se realizará dicho trabajo, además las ganancias cada vez eran menores porque ahora solo los llamaban para cortes de cabello que van de los 20 a 50 pesos.
Elizabeth Reyes, estilista de profesión comentó que además de contar con su estética, también trabaja a domicilio, pero para que sea rentable tiene que juntar a dos o tres personas que se realicen algún servicio y no solo ir por un corte de cabello.
“Además, bueno en mi caso, les pido que tengan un lugar seguro, amplio y ventilado, así como sanitizado, a fin de evitar algún contagio o que haya aglomeración, por mi parte aplico todos los protocolos de sanidad desinfectando en cada momento las herramientas que utilizo”, mencionó.
La estilista refirió que en su local puede tener el control de la limpieza, la organización de lo que ocupa y la ventilación, mientras que en los domicilios la mayoría ya relajo las medidas sanitarias, andan sin cubrebocas y eso no nos da seguridad; anteriormente sí había mucha demanda y teníamos que ir porque lo que queríamos era trabajo”.
Finalmente Eli (como la conocen) aseveró que el mes de enero fue mejor en comparación al mismo lapso del año pasado, “los aforos no son grandes pero no estamos en números rojos, aunque desafortunadamente algunas estéticas cerraron el año pasado, principalmente porque los dueños ya no pudieron seguir pagando la renta del local”.
