
Karina López, tenía 21 años, su hermana la describe como una joven alegre, noble cariñosa y tranquila, cuyo sueño al concluir la preparatoria era estudiar la carretera de Psicología, además, formar una familia.
Ella, tenía un mes viviendo con Miguel Ángel su actual pareja sentimental, quien se encuentra prófugo luego de que fuera localizada asesinada en el departamento que vivían con heridas de arma blanca en el cuello.
La muchacha era la tercera de cinco hermanos originarios de la comunidad La Magdalena Ocotitlán en Metepec, entre sus planes estaban trabajar para poder estudiar la licenciatura y formar su propio hogar.
Brenda recuerda que le gustaba la música de Reggae, era una muchacha que adoraba a sus sobrinos como familia que no tenía maldad solo buscaba ser feliz y cumplir sus metas, pero un hombre se las trunco.
Tras su feminicidio, alza la voz y pide a las autoridades de justicia que su caso no sea archivado como ocurre con otros, es una de las tres mujeres asesinadas violentamente durante el fin de semana en Toluca.
Hasta el momento el principal sospechoso sigue prófugo a pesar de aportar datos de su ubicación a cuatro días de los hechos, exigen su detención y justicia para que su muerte no engrosen las estadísticas de impunidad.
El feminicidio y huida del responsable
La noche del sábado 7 de noviembre, una discusión al interior de la habitación que rentaban alertó a los vecinos de la colonia Ocho Cedros en la capital mexiquense, él salió la mañana siguiente abandonado la vivienda.
Todo apunta a que la golpeó e hirió con un arma filosa, una lesión en el cuello, le habría arrebatado la vida, posteriormente colocó su cuerpo en la cama donde fue localizada horas después de haber sido asesinada.
Ambos, se conocían desde años atrás y decidieron iniciar una vida juntos, pero apenas 30 días después la encontraron con huellas de violencia, «no estamos seguras ni en nuestras propias casas», dice.
«Su pareja, sin ningún escrúpulo la mató, vivía con él, ahora las autoridades no nos dan respuesta, no van por él, les llamamos y no nos contestan, se supone que la amaba pero la asesinó», reprocha Brenda.
Los conocidos temen sea un expediente más al no tener ningún avance en las investigaciones y sobre todo al observar opacidad como desinterés para dar con el responsable antes que pueda huir de la entidad.
«Que lo detengan y así se evitará que le haga lo mismo a otra persona», insiste la hermana que hoy se sumó a una marcha para ser la voz de las tres mujeres que fueron víctimas de la violencia machista que vive el Estado de México.
Sociedad que condena los feminicidios
La avenida Lerdo frente a la oficina del gobernador priísta Alfredo del Mazo Maza que ha guardado silencio ante al aumento de crímenes por condición de Género se inundó de mujeres que piden un alto a las agresiones.
La columna humana en su mayoría eran jovencitas que se sienten inseguras en suelo mexiquense donde en los primeros nueve meses del año han sido asesinadas 305 personas del sexo femenino según cifras oficiales.
Es decir, más de un hecho cada 24 horas, sin embargo, apenas 106 expedientes fueron tipificados como feminicidios, la cifra más elevada en todo el país, advierte los números aportados por la Fiscalía estatal.
Ahí en la explanada de la emblemática Plaza de Los Mártires se reunieron los contingentes de colectivos y familiares de las chicas privadas de la vida en los últimos días, para recorrer el centro de la ciudad.
En la concentración recalcaron la necesidad de implementar políticas que ayuden a erradicar la problemática que en el último lustro se ha disparado en la entidad a pesar de contar con una doble Alerta de Género.
Algunas cargaban cruces con los nombres de quienes ya no están, la marea avanzó hasta el Centro de Justicia para mujeres donde piden dar resultados a raíz de la pandemia los eventos van en aumento.
Los últimos sucesos han cimbrado a la ciudad de Toluca, la exigencia fue la misma ninguna chica más violentada, no más familias rotas, «Ni una más», gritaron las asistentes que piden mayor seguridad.
