
El Supremo Tribunal Federal de Brasil ordenó el martes que el expresidente Jair Bolsonaro comience a cumplir una condena de más de 27 años de prisión por un delito de conspiración para dar un golpe de Estado, según un documento judicial.
El juez Alexandre de Moraes ordenó que Bolsonaro sea encarcelado en la sede de la Policía Federal en Brasilia, donde permanece detenido desde el sábado.
Allí estará recluido en un espacio especial, una habitación pequeña con un frigobar, aire acondicionado y un televisor.
El exmandatario (2019-2022) se encontraba desde agosto en prisión domiciliaria pero el sábado fue transferido a un complejo policial en Brasilia por «riesgo de fuga», tras haber dañado su tobillera de monitoreo con un soldador.
Bolsonaro fue sentenciado en septiembre a 27 años y tres meses de prisión por planear un golpe de Estado tras perder las elecciones de 2022 frente a Luiz Inácio Lula da Silva.
El juez Moraes es parte de un panel de cuatro miembros del STF que aún debe aprobar colectivamente la decisión.Más temprano el martes, el máximo tribunal concluyó formalmente el caso de Bolsonaro, dictaminando que todas las apelaciones se habían agotado y que el veredicto de culpabilidad era definitivo.
El tribunal había rechazado una apelación este mes.Los abogados del expresidente, que tendrá una audiencia de custodia el miércoles, no respondieron inmediatamente a una solicitud de comentarios.Uno de sus abogados, Celso Vilardi, dijo al diario local Folha de S. Paulo que el tribunal se apresuró en finalizar el caso y que debería haber concedido más tiempo para las apelaciones.
El líder derechista llevaba más de 100 días bajo arresto domiciliario en Brasilia por violar medidas cautelares en otro caso por supuestamente cortejar la injerencia de Estados Unidos en su favor.
Intento golpista
La trama golpista por la que fue condenado Bolsonaro consistió en poner en duda la validez de las elecciones de 2022 para declarar un estado de excepción e impedir la investidura del actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva.
El plan contemplaba incluso asesinar a Lula, según la corte suprema. Pero no se consumó por falta de apoyo de altos mandos militares.
Luego de tres meses bajo arresto domiciliario, Bolsonaro quemó con un soldador el dispositivo de monitoreo, lo que precipitó su traslado a prisión preventiva el sábado.La defensa del exmandatario alegó que el incidente obedeció a un estado de «confusión mental» inducido por medicamentos, una explicación rechazada por la corte.
