
El gobierno de México presentó un plan para rescatar a la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), la empresa pública más grande del país, que en los últimos 20 años duplicó su deuda y redujo su producción en más de 50%.
Las acciones contemplan revertir un prolongado declive de la producción de crudo, causado por el envejecimiento de sus yacimientos y la falta de inversión.
El proyecto incluye la colocación de 12 mil millones de dólares en bonos que la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum anunció la semana pasada, además de un fondo de inversión por un monto similar con garantía del gobierno federal.
Este fondo, de 13 mil millones de dólares, servirá para apuntalar 21 proyectos de exploración y producción en conjunto con privados.
Sheinbaum estimó en su rueda de prensa matutina que los apoyos de la Secretaría de Hacienda a la petrolera serán necesarios solo hasta 2026, pues «a partir de 2027, Pemex sale solito» adelante.
Pemex -el mayor contribuyente a las finanzas públicas del país- también se beneficiará de un nuevo régimen tributario aprobado en marzo pasado, que redujo su carga fiscal.
La empresa fue sometida «a un régimen fiscal desproporcionado», resumió la secretaria de Energía, Luz Elena González, en un evento posterior donde se detalló el plan.
Pesada deuda
Sheinbaum culpó a las administraciones que antecedieron a su padrino político, Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), de elevar la deuda de la empresa y abandonar la inversión en producción, cuya baja también se atribuye al envejecimiento de los yacimientos petroleros.
El secretario de Hacienda, Édgar Amador, expuso que la deuda de la estatal creció 129.5% entre 2008 y 2018, cuando llegó a 105,800 millones de dólares.
Hasta el segundo trimestre de este año, la petrolera cargaba todavía una pesada deuda de 98,800 millones de dólares, según su reporte financiero.
Sin embargo, Amador estimó que para diciembre próximo la deuda baje a 88,800 millones de dólares y a 77,300 millones en 2030.