
Una persona ha fallecido en España y otras 29 han resultado heridas de gravedad desde el año 2000 en España por el impacto del material antidisturbios que usan los policías en altercados callejeros. Es el recuento que realiza Amnistía Internacional en el informe Me estalló el ojo, en el que exige la “prohibición” de las balas de goma y la “suspensión del uso” de los proyectiles de ‘foam’ que las sustituyeron. A nivel global, la ONG reclama “controles estrictos del uso” y un “tratado global” para regular el comercio de este material.
Amnistía Internacional recuerda que la Policía Nacional y la Guardia Civil siguen utilizando en España pelotas de goma, unos proyectiles incontrolables y que pueden alcanzar hasta los 360 kilómetros por hora. En las dos últimas décadas, estas pelotas han causado la muerte de una persona —el joven seguidor del Athletic de Bilbao Iñigo Cabacas, en 2012— y han provocado “lesiones graves” a otras 24, de las que cuatro acabaron perdiendo la visión de un ojo como consecuencia del impacto de este material, según recoge el informe.
Policías autonómicas, como la Ertzaintza y los Mossos d’Esquadra, reemplazaron estas pelotas de goma por balas de ‘foam’ a raíz de los casos de Cabacas y Ester Quintana, que perdió un ojo por una bala de goma en 2012 y emprendió una campaña que logró prohibirlas dos años después en Catalunya. Sin embargo, Amnistía Internacional denuncia que estos proyectiles viscoelásticos de precisión “también han causado lesiones graves y se han utilizado para dispersar multitudes, algo prohibido por los estándares internacionales”. La organización ha documentado cinco casos de lesiones muy graves ocasionadas por su “mal uso”: dos personas que perdieron un ojo, dos con traumatismo craneoencefálico severo y otra que perdió un testículo.
