
Durante el Ángelus, el Papa Francisco anunció la creación de 13 nuevos cardenales, entre ellos, el obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, monseñor Felipe Arizmendi, originario de Coatepec Harinas, residente de la ciudad de Toluca.
“El próximo 28 de noviembre, en vísperas del primer domingo de Adviento, celebraré un consistorio para el nombramiento de 13 nuevos cardenales”, dijo el papa, ante los fieles que acudieron a la Plaza de San Pedro.
Con dicho nombramiento México contará con 7 cardenales. Y los cardenales J. Lozano Barragán, J. Sandoval Iñiguez, A. Suarez Inda y Felipe Arizmendi con más de 80 años, no podrán entrar al próximo cónclave; mientras que Carlos Aguiar Retes, Norberto Rivera Carrera y José Francisco Robles Ortega son los cardenales electores.
Por su parte, el Arzobispo de Toluca, Francisco Javier Chavolla Ramos al inicio de la misa dominical dijo que el nombramiento de monseñor Felipe Arizmendi como Cardenal, es un gran regalo del Santo Padre.
«Vamos a pedir por él para que Dios le de fortaleza y agradezcamos al Papa por este regalo que nos ha concedido».
Monseñor Chavolla Ramos, en la homilía destacó que todos los hombres están llamados a amar, pues han sido creados en el amor y partiendo del amor de Dios y de los padres.
«Dios es amor y, por ende, somos amor, nuestra plenitud es el amor, por eso el camino que debemos de seguir y nos marca Dios es el amor, así como ustedes lo hacen con sus hijos para encontrar una vida recta».
Finalmente, señaló, «Jesús nos dice que seamos perfectos, no amen solo a los que hacen el bien sino también a los que calumnien, es decir amar al enemigo».
Cabe mencionar que Monseñor Felipe Arizmendi nació en la comunidad de Chiltepec, municipio de Coatepec Harinas. Su ordenación sacerdotal fue el 23 de agosto de 1963 y la ordenación episcopal se dio el 7 de marzo de 1991.
Fue sacerdote de la Arquidiócesis de Toluca, desde su ordenación hasta su nombramiento episcopal. Fue obispo de Tapachula y de San Cristóbal de las Casas.
El 7 de noviembre de 2017, le fue aceptada su renuncia por edad al gobierno de San Cristóbal de las Casas por el Papa Francisco. A partir de ese momento se regresa a la ciudad de Toluca, sin dejar de ser obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, donde se dedicaba a dar asesoría espiritual a los fieles, de forma gratuita.
